La profecía bíblica dice que cuando la buena noticia del reino sea predicada a todo el mundo, entonces vendrá el fin. Tenemos necesidad de ver cambios en nuestra experiencia religiosa y en la propia iglesia, pero eso es terreno abonado para que falsos Cristos y falsos profetas proliferen entre nosotros con mensajes falsos, reavivamientos engañosos y fanatismos fatales. La verdadera espiritualidad une a los miembros de la iglesia entre sí y no predica sobre fechas del fin, predica la inminencia del regreso, parece lo mismo pero no lo es. De la misma forma que una marca falsa provoca la hilaridad y es causa de mofa las falsas formas de religión causan risa y vergüenza.